Gracias por las
críticas, comentarios y por las numerosas visitas que ha tenido
este espacio en tan poco tiempo. No me canso de agradecer por eso.
Inauguramos espacio en Facebook y también nos pueden seguir
en Twitter.
Síganos.
Su “me gusta” es mi sueldo.
Su “me gusta” es mi sueldo.
Con la ultima critica todavía fresca, vamos con otra película reciente,
que estuvo en la salas de cine hasta no mas de 2 semanas (al menos en Chile). Una gran película que no reventó la taquilla, pero que en un tiempo
record se convertirá seguro en un film de culto.
Una película que por sus tintes de cine negro, por sus reminiscencias
ochenteras, por recordarnos a grandes títulos de videojuegos y por hacer de una
forma simple y conjugando varios géneros una muy buena película. Una película
que es mejor de lo que pensarás que es.
DRIVE
2011
Estados Unidos.
Estados Unidos.
Dirección
Nicolas Winding Refn.
Guión
Hossein Amin, sobre el libro de James Sallis.
Reparto
Ryan Gosling
Carey Mulligan
Bryan Cranston
Albert Brooks
Oscar Isaac
Christina Hendricks
Ron Perlman.
Hay películas que
simplemente tienen algo, que gracias a ciertos aspectos narrativos o visuales o
a una combinación de ambos, logran transmitir justamente lo que pretenden. No
es tarea fácil y no todas lo consiguen, pero las hay que sí, que ya durante el
primer minuto de su visionado se tiene la sensación de que se va a ver algo
auténtico que nos hará palpitar en la butaca.
Y este es el caso de Drive.
Después de ver el anterior video, le puesto a que le dieron ganas de seguir leyendo...
Después de ver el anterior video, le puesto a que le dieron ganas de seguir leyendo...
La apertura de la
película es totalmente cautivadora, un plano aéreo de una gran ciudad, una voz
al teléfono y una música que te hace, cuando menos, vibrar.
El uso de aspectos de la “cultura pop” para reutilizar tópicos ya vistos
es notable.: el sonido de Kavinsky o College no es pop ochentero New Wave sino
un revival: una reproducción auto-consciente y que prolonga aquellos sonidos.
En sus títulos de crédito, llega a su extremo: partiendo de un homenaje a ‘Risky
Business’ (1983), llevando la película por una ruta insólita, a
medias entre un Michael Mann deliberado (grandes panorámicas, héroe solitario)
y con toques sutiles, artificiales, propios de, pongamos, Brian DePalma
(atentos al breve plano secuencia del primer encuentro entre Gosling y Mulligan
en el apartamento).
De hecho, no se me viene a la cabeza un solo plano que
carezca de esa elegancia y gusto por la estética presente en todo el filme.
Hemos tenido que esperar hasta
mediados de mayo de año (al menos en Chile) para poder disfrutar de uno de los
títulos más potentes de 2011. Presentada en Cannes con nominación a la “Palma
de Oro” y ganadora del “Premio al director”, “Drive” es un genuino producto de serie negra,
plagado de referencias y guiños a otros mitos del género.
Es de esas películas que, desde el inicio, son puro
ejercicio de estilo. Desde la escena que abre la película con
una habitación a oscuras hasta el plano final, 'Drive' atrapa por su
belleza y magnetismo.
“Hay como mil calles en la ciudad. Si me das el lugar y el momento, te daré una oportunidad de cinco minutos. Soy tuyo, sin importar lo que pase en esos cinco minutos. Pase lo que pase. Todo ocurre como lo planeo y después vas por tu cuenta. ¿Lo entiendes?”
Ryan Gosling habla por teléfono
con un interlocutor desconocido, de espaldas a cámara, frente a una ventana en
la que se proyecta una ciudad entera. Poco después le vemos encaminarse hacia
el taller de su jefe, Bryan Cranston, donde elige un coche para
ayudar a dos delincuentes a cometer un robo.
Gran plano general de la
ciudad de Los Angeles y vemos a Gosling por el espejo
retrovisor de un coche, ya conduciendo, camino al lugar del atraco.
Espera pacientemente a
que los criminales salgan del almacén, impasible, a pesar de que ya se escuchan
a lo lejos las sirenas de los coches patrulla. Tras un par de carreras y burlar
con maestría dos coches de policía y un helicóptero, se dirige al aparcamiento
de un estadio, aparca y sale tranquilamente del coche. Se encasqueta una gorra
del equipo ganador y se dirige a la salida mezclándose con la multitud que grita entusiasmada el nombre del equipo ganador.
Lo que acabo de relatar
es el el prólogo de Drive.
Un golpe certero directo
a la retina. Abrupto, emocionante, prometedor. Diez minutos contundentes en los
que contienes la respiración para no perderte nada. Un cañonazo que avisa que esto comenzó, momento justo en que entran los créditos
de la película (tremendamente ochenteros, con tipografía holografiada neón
rosa, mientras suena "Nightcall" de Kavinsky), y en donde al espectador, no le queda más remedio que
quedarse en la butaca a la espera de lo que todavía queda por ver. Diez minutos en los que te alegras pensando que todavía
tienes una hora y media de función por delante.
Winding Refn utiliza todo un arsenal de imágenes, planos cortados, aroma
vintage, luces y sobre todo la cara sin expresión pero contundente de Ryan
Gosling.
Ryan Gosling da vida a un
conductor sin nombre. Un tipo frío y calculador. Cara de buen chico y mirada
bucólica que se pierde muchas veces a través de una ventana, sin mirar nada.
Esperando alguien que jamás vendrá. Por el día se gana la vida en un taller y
eventualmente como especialistas en escenas de acción de películas. Algunas
noches vende su maestría al volante a todo tipo de delincuentes. Convirtiéndose
por sólo cinco minutos en el conductor, en la vía de escape, en la huida
Su vida en L.A. parece cómoda, pero todo cambia cuando conoce a Irene (Carey
Mulligan) en el ascensor del bloque de apartamentos donde residen (ojo a lo
diferente que son las dos escenas en el ascensor). El conductor empieza a pasar
tiempo con ella y su hijo, creándose un vínculo entre los tres (lo rápido que
conecta con el pequeño hace intuir su problemática infancia); La química realmente
parecer fluir entre los dos, ayudando a crear una bonita historia de amor
tierna y sensible, en su propio micro universo, ajenos a la violencia y la
crueldad del mundo que les rodea. Los gestos, las miradas, cada detalle no pasa
desapercibido y ayuda a construir una tragedia verosímil, con fuerza.
Representan a dos almas que luchan por sobrevivir y escapar de la
fatalidad a la que parecen estar condenados.
Pero entonces el marido de la joven, Standard (Oscar Isaac), sale
de la cárcel y retoma el contacto con su familia, y con este nuevo “amigo de la
familia. Es interesante que, cuando a partir de aquí lo usual sería que se
explotara la tensión entre los dos hombres (en el primer encuentro entre ambos
saltan chispas), lo que ocurre es que el protagonista acepta su lugar y se
convierte en una especie de protector de la familia. Cuando Standard le
confiesa que tiene que formar parte de un peligroso robo para saldar sus
deudas, el conductor decide ayudarle. Y da comienzo la espiral de violencia…
La película también, combina
a la perfección una historia de amor, que se va desarrollando de manera
coherente, con la salvaje delincuencia que destila la ciudad de Los Ángeles. El
deleite visual viene de la mano de su simplicidad, sus escenas secas y
directas, sin necesidad de “florcitas” para impresionar al espectador pero
cargadas de una violencia de la que no se avergüenza. Una película en la que
cada plano está escrupulosamente pensado y ejecutado, llenos de detalles y en
los que la cámara se queda fija en numerosas ocasiones, contribuyendo a enmarcar
el particular estilo de Winding Refn. Y además, es capaz de manejar bien
el cambio de ritmo hacia la mitad de la película, en la que se centra más en
las relaciones entre los personajes sin por ello perder la atención que la
intriga del comienzo nos había provocado.
‘Drive’ es un vehículo de escenas impactantes, fotografía, música y unos
silencios interminables que conforman una de las mejores cintas del 2011.
Gosling ofrece
una interpretación extremadamente magnética, siendo capaz de transmitir distintos
sentimientos con solo mover un músculo de la cara. Se pone en la piel de un
conductor enigmático y reservado, de naturaleza solitaria y sin conciencia,
como el escorpión de su chaqueta. Como el héroe de un western, que intuye que
le queda poco pero no duda en avanzar con paso firme y luchar hasta el final a
pesar de vislumbrar la muerte claramente en la línea del horizonte. Un hombre que no quiere problemas pero que buscará venganza
y se convertirá en el ángel de la guarda de su vecina de apartamento. Tan
vengativo como Charles Bronson. De mirada carismática como Steve
McQueen. Convirtiéndose en icono, por su forma de ser y de vestir (palillo
en la boca, chaqueta con escorpión el la espalda,) por su pose y su temple.
Nicolas Winding Refn logra convertir la crudeza de las escenas más violentas en belleza visual.
Ryan Gosling hace un trabajo perfecto,
al que no se le puede reprochar absolutamente nada, conformando un personaje
enigmático que se vale casi únicamente de la mirada para hablar, enmarcada ésta
en los numerosos planos del espejo retrovisor en los que se ve reflejada y cuya
chaqueta con un escorpión a la espalda ya ha pasado a convertirse en un
auténtico icono. La diversidad de registros del actor queda demostrada una vez
más, incluso dentro de la propia película es capaz de ser tierno y
extremadamente violento, lo que llena de matices su interpretación y al
personaje que retrata.
En cuanto a su compañera de reparto, nos encontramos a una Carey Mulligan que transmite al mismo tiempo fuerza e inocencia, que esconde detrás de su candidez una vida dura y un matrimonio difícil y cuya química con Gosling es absolutamente fantástica, desde su primera escena juntos, en la que todo son miradas, tímidos gestos y algo de incomodidad, y que se mantiene a lo largo del metraje consiguiendo establecer una atractiva relación entre ambos.
El film cuenta, además,
con grandes secundarios interpretados por el siempre solvente Bryan Cranston
y por la pareja de delincuentes formada por Ron Perlman y por un Albert
Brooks que clava un rol de mafioso que es capaz de helarte la sangre con su
imprevisibilidad.
Refn logra dotar a sus imágenes de una intensidad incendiaria
e imperecedera, capaz de concentrar en un solo gesto de un solo plano de una
sola secuencia, el verdadero sentido de la película.
La dirección
impecable de Nicolas Winding Refn, es concisa y directa, con una
inquietante puesta en escena y completada con una banda sonora que merece una
mención aparte y no sólo por la buena composición musical de Cliff Martínez,
a través de la que se respira tensión y que te mete de lleno en la trama, sino
por temas musicales como “A Real Hero” de College ft. Electric Youth o “Nightcall” de Kavinsky, que se incrustarán
en tu cabeza y hacen fascinantes las secuencias a las que acompañan.
la bellísima secuencia del ascensor en la que la acción se detiene para un estallido-vals de violencia en el que se ponen a prueba nuestras propias expectativas sobre la realidad de la película.
Los momentos de acción son los justos. Los necesarios para la historia pero sin alargarlos hasta el tedio, intercalados con algunos “flahsbacks” de aparente tranquilidad. Con efectos visuales básicos pero con encuadres magníficos. Con acción lenta pero inteligente. Utilizando juegos de luces en estas escenas y saltando de momento romanticismo a momento brutalidad con gran precisión.
En definitiva.
Drive es una historia de
amor, es la memoria de una venganza, es la crónica de una muerte lenta y
anunciada. Las emociones en esta película emanan a borbotones, como la sangre
de un moribundo, como los sentimientos profundos que ya no se pueden disimular
por más tiempo. Todo discurre a la perfección bajo la batuta del director quien
nos guía a través de una historia bien hilada que combina acertadamente
arranques de violencia con ternura. Muestra un dominio admirable de la acción
frente al intimismo.
Una atmósfera adecuada a
cuyo resultado final también contribuye en gran medida Cliff Martinez,
con una banda sonora para recordar. La banda sonora
es sublime. Bien escogida, muy ochentera, en perfecta armonía con el tono de la
película y ubicada en las escenas adecuadas. Creando maravillosas secuencias
ralentizadas que sin diálogos lo dirán todo. Como los mejores videoclips.
Winding Refn orquesta
con tanta parsimonia como contundencia los sucesos de un thriller que por lo
demás, resulta una película inclasificable, que provoca sensaciones encontradas
hasta llegar al entusiasmo. Y lo hace con una labor de puesta en escena
simplemente apabullante, que engloba desde la fotografía de hasta la banda
sonora de Cliff Martínez.
Cada plano
me recordó a la meticulosidad del mejor David Fincher, su uso del sonido, o de
la ausencia de él, está dirigido a impactar al personal sin nunca perder la
sutileza de la imagen.
Aplaudo la labor del director de la película y del director
de fotografía, así como la logradísima atmósfera y la ambientación general, a
caballo entre varias décadas, que, además de gracias a los trabajos de estas
dos personas mencionadas, se logra por obra de un buen diseño de producción y
gracias a la elección de la música y los sonidos.
En definitiva, una cinta
que se ama o se odia pero también, indiscutiblemente, uno de los
mejores trabajos cinematográficos de los últimos años.
Veala
si o si.
Dudo
mucho que este en alguna sala de cine a estas alturas (al menos en Chile).
Por lo
mismo, búsquela en su buscador de torrent favorito y descarguela.
Sino cómprela.
Pero véala
y disfrútela.
Antes que lo olvide.
Descargue esa banda sonora. Búsquela en google y disfrute de ella. Una maravilla moderna. Les dejo una muestra con los 2 temas que sinceramente me encantaron, que llegaron para quedarse en mi lista de favoritos.
Antes que lo olvide.
Descargue esa banda sonora. Búsquela en google y disfrute de ella. Una maravilla moderna. Les dejo una muestra con los 2 temas que sinceramente me encantaron, que llegaron para quedarse en mi lista de favoritos.
Que estén
muy bien
Nos
leemos pronto.
Saludos
Cristián
Santander Araya
No hay comentarios:
Publicar un comentario